tuve que robarlo
con la manía de un clepto
y la crisis de un H- chino
Estaba en un rincón
desolado y ya no gritaba.
Empolvado y olvidado
como yo.
Lo salvé y él me salvó
lo rompí al sujetarlo
no fue mi intención;
lo sabemos, ambos
Nos necesitábamos
y lo supe cuando
lo saqué de aquél rincón
más oscuro que mi cuarto.
Ahora lo guardo
y temo volver porque lo he robado
pero en el amor y la guerra
todo se vale ¿cierto?
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