domingo, 6 de julio de 2014

Exilio

Tenía un afán caballeresco por abrir las puertas
y arrojarme a la intemperie del camino
sin importarle mi rumbo

Cejas fruncidas y puño cerrado
ahí vienen otra vez
sus malditos puñales

Se desangran
mis heridas ya secas
y a todos ha de llover mi sangre.

No es más
no es más que dolor
dolor que duerme despierto.

Despierta y se agudiza
y la mayoría de las veces
vuelve a esta sangre seca.

Regresa nuevamente
a soplar de sus ojos
un aire caramelo

Pero no es para endulzar
tampoco para iluminar
menos para abrir la puerta con afán caballeresco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tembló