Anoche se cayó mi anillo de bodas.
Ahora que lo sé, soy trendy, pero es real.
Odias todo, pero en realidad solo odias...
Anoche se cayó mi anillo de bodas al piso...
Lirio del Aqueronte. Antología de poesía y prosa Por Mariangeli Florez
Anoche se cayó mi anillo de bodas.
Ahora que lo sé, soy trendy, pero es real.
Odias todo, pero en realidad solo odias...
Anoche se cayó mi anillo de bodas al piso...
Hace cinco años que toco la espalda de un extraño en mi imaginación
Es un oso
Un oso extraño
No es tan grande
Pero mi mano cabe completa dentro de la suya
No es tan peludo
Pero te envuelve en una inmensa manta oscura que calienta el invierno
No sé quién es,
nunca lo supe.
Se que lo ví un par de veces
Tal vez dos lo escuché hablar
Y quizás pasé todas las horas de una luna enredada en la inmensidad de su cueva…
Pero sigo sin saber quién es este extraño
Solo sé que entra en la habitación, como un huésped habitual
Uno que sabe exactamente dónde, cómo, cuándo...
Dónde, cómo, cuándo...
Un oso extraño cuya figura encaja perfecta en el tablero de la mía.
Un oso extraño que usa el fuego
para encender la noche
Uno que posa el humo en sus labios y gira, gigante, majestuoso, ante mí.
Entonces veo su silueta y noto que hace cinco años toco la espalda en un extraño en mi imaginación
Pero
hoy mi mano ya no la traspasa.
Asistes con tu velo oscuro a mi casa
Nuevamente
Como si siempre hubieses estado
husmeando en mi jardín
Como si te regodearas
Al destruir lo brillante en los juguetes de los niños
Como si hubieses nacido para derretir sueños y hacer trizas y cenizas las estrellas más lindas de mi suelo
Estoy harta de ti
y justo cuando creo que tu velo se desarma
en la esquina de mi cuadra
Y que me concederás la tregua
Y me siento a contemplar el cielo en mi jardín
Reluciente en tu filoso velo
engalanado de tragedia
Desfilas frente a mi puerta
Mariposa negra y maldita.
Cocinas la desolación cuál crisálida
Obligandome a pegar gritos mudos al cielo
Cuando apareces
con tu alas extendidas
a tapar la luz del sol
Desarmando las paredes
de todas las casas donde
Construimos un hogar
Tú siempre
oscura y vil
Asistes con tu velo oscuro a mi casa
Nuevamente
Como si siempre hubieses estado husmeando en mi jardín
Entro a las hélices del vacío
Dónde existe un grito hueco
De preguntas destripado
En las agujas del tiempo
Mil sentidos tiene el verso
Mientras sola le converso
A esa silueta arrollada
Y a tu voz que yace dentro
Que sabrás si nunca has visto
Verdaderamente visto
llover a mares
leche
de un pecho materno
(En medio de / esto y esto /
yo
en minúscula
Frente a las palabra
Y al ensueño
de mnemosine)
Y en los misterios escondidos de los despertares nocturnos
y en las promesas propias perdidas al ocaso de todos los días
si nunca te hallaste
Eterna al llano sol
etérea
Ante los meses
Vida ante la vida
Y yo que creí que seria eterna en tu memoria
Y tu memoria que se apaga en los brazos de la muerte
Y habían montañas en todos mis sueños pero ni una sola en mis realidades
Que quedé atrapada en una jaula sin rejas y mis alas que cabian de a plumas en las rendijas de tu voz...
Hoy lloran solas
despojadas.
Que mi alegría quema el mismo día que mi tristeza quema mi alegría
Y me chorrean tus cristales de palabras por mi pelo negro que no has visto.
Déjame irme a un palacio verde donde los gritos del viento me desenreden los nudos. Guíame hacía la tierra donde plante mi café y muela mi maíz.
Guíame hacía mi palabra, mi propia alquimia... Un sueño
nuevo
un águila
Una tierra sin memoria ciega
Sin sangre...
Lejos de tu tumba
Lejos de mi lápida