Hace cinco años que toco la espalda de un extraño en mi imaginación
Es un oso
Un oso extraño
No es tan grande
Pero mi mano cabe completa dentro de la suya
No es tan peludo
Pero te envuelve en una inmensa manta oscura que calienta el invierno
No sé quién es,
nunca lo supe.
Se que lo ví un par de veces
Tal vez dos lo escuché hablar
Y quizás pasé todas las horas de una luna enredada en la inmensidad de su cueva…
Pero sigo sin saber quién es este extraño
Solo sé que entra en la habitación, como un huésped habitual
Uno que sabe exactamente dónde, cómo, cuándo...
Dónde, cómo, cuándo...
Un oso extraño cuya figura encaja perfecta en el tablero de la mía.
Un oso extraño que usa el fuego
para encender la noche
Uno que posa el humo en sus labios y gira, gigante, majestuoso, ante mí.
Entonces veo su silueta y noto que hace cinco años toco la espalda en un extraño en mi imaginación
Pero
hoy mi mano ya no la traspasa.
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