Es esta lágrima que me desplaza
Fuiste sino un viento, un instrumento
de mi narrador
Para curar mi ceguera
Al descubrirte un personaje de Shakespeare
Cándido y brillante al sol
negativo en mis rollos fotográficos
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Tendrá tu nariz
O tal vez tú voz
Y no pasará nada
Nada pasará
Soy una flor marchita a tu ausencia
Nadie se sienta en mi silla
La noche me despierta
Desoladora, helada
y susurra a mis oídos
"No" No está" "No le busques"
Camino divagando por las calles
El sol ya no es un astro
y la nada anida sobre el frío
de mi pecho.
Nadie se sienta en mi silla
Soy un hermitaño en su montaña
rodeado de bárbaros
que soplan en mi tímpano.
Nada me alimenta
no existes en el reemplazo.
El mar furioso
de mis entrañas arremete
una y otra vez contra mi plexo.
¿En qué baúl me arrojaste?
La única salida
a la entrada de tus ojos
es la muerte
Toma mi yaga
Me voy a inventar una historia
Dónde el beso sea
Con el pasar de los años
El mismo beso de ayer.
Una historia donde quepa tu mano
Que traspasa las pantallas
Para llegar a mí
y se enreda
muy curiosa en mi cabello.
Que empiece en mis lunares
leyendo tus huellas dactilares.
Y termine con un titán
comiéndose mi fantasía
para que no
la consume.
Lejos de ser espléndidas
Las sardinas muertas
Al borde de tu mar
La nada anida en tus aguas
Secas como los médanos
Ha muerto todo lo que añoro.
Lancé lejos de caronte
Las monedas de mis ojos
Diciembre
baúl de preguntas
Sobres llenos
de arrepentimiento
Frutas podridas
puertas adentro.
Lléname de piedras
Y espinas puntiagudas
Los vientos de mi abanico.
La mano negra
La peste
corazón helado
Guarda los dedos en el bolsillos
Nadie tomará tu mano.
Guarda mi aura un alma
Dos almas
O quizás tres
Y dentro habitan
Aromas atemporales
Dónde aterrizan recuerdos sin protocolo
A los que algunas vez
Lloré
Y Otras,
corrí tras ellos...
Aspire hondo por los pasillos del pasado
Buscando en qué lugar quedaron guardados
Aromas en pena
mi corazón roto y arrugado
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Ahora todo está tan lejos
No sé de qué tiempos son
No sé de qué tiempo fui de ellos
No hay una fecha como habría en los cementerios
Como debe enterrarse debidamente lo muerto
Corro desesperada dentro de mis ojos
Pero se desvanecen cuando cruzo los semáforos.
