"Nadie dirá jamás el instante
en que las puertas se abren a los sueños"
J. Cortázar
Para éstos días de espíritus agitados
de maniquíes vacíos
y almas fantasmales...
me pido tu mano
Mucho más, me atrevo
ese par de ojoyas
que reposan
a un solo escalón de tu frente
Me pido tu codo y le ordeno a la acera
un tropiezo accidental
para rozar
tu brazo con el mio
Me excuso ante lo inevitable
pretender tu dulzura
que sabe
a mar
Todo
se quedó
minúsculo
y mi lapicero es kilométrico
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