jueves, 20 de abril de 2017

Tengo pesadillas sobre nuestra realidad

"yo, que soy eterna pues he muerto cien veces, de tedio, de agonía, 
y que alargo mis brazos al sol en las mañanas y me arrullo 
en las noches y me canto canciones para espantar el miedo"
-Piedad Bonnett



Me duele el vientre justo donde no tengo la vida que imaginé. Se me caen a pedazos los sueños cual aborto espontáneo y me desangro frente al reflejo helado de mi misma. He estado en el limbo, creyendo tener los pies sobre tierra firme; he creído en mentiras y las he dicho, pero no me estoy confesando, sino hurgándome la herida.

Pinto corazones blancos con la sangre que me brota de las puñaladas que me da mi tierra; mi gente, mis amores, mis amigos, mis hermanos... nada me sorprende ya. Mi cuerpo conoce todos los brebajes de sanación que me han dado los ancestros que yacen dentro de mi espíritu. Mi alma se autoengaña, (sólo si es que de alguna forma eso es posible) o al menos lo intenta. Se miente a si misma. Se avergüenza de sus propias verdades y se obstina ante su estúpida inocencia.

 ¿Cuanto más podremos aguantar? todas mis yo viven preguntándose. Sé que no soy la única que se lo pregunta. Todos los "yo" que conozco también lo hacen pero, no se escuchan.
Yo al verlos, los escucho. Preguntándose exactamente lo mismo que mis yos. No sé cómo escribir ya... no sé siquiera si lo que hago tenga algún sentido. No tengo medio en el bolsillo y solo cargo en mi bolso hojas encuadernadas con tinta. No tengo nada más que mi soledad, mi dolor y la sonrisa y el grito de mi madre.

Si que me siento herida, si que me siento rasgada, ¡pero cuanto lo necesité! Cuando lo aprecio, cuando me admiro cuando me veo sangrando y pintando corazones blancos con mi sangre de puñalada. Cuanto respeto las veces en las que ya no me sorprendo de las traiciones, los dolores y los autoengaños.

Sin embargo, me siguen doliendo y asesinando los auto engaños; y los dolores, y las traiciones, y los puñales que reciben los otros... y más aun si son de mi parte. Crezco, cicatrizo y no me detengo nunca... (a menos que sea por atar mi cuello a un árbol cuando ya no pueda con el peso de todo lo que les pesa)


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tembló