Ilusión de libertad

Me cansé de mi musa,

me cansé de su engaño,

de sus paseos por calles estrechas
 donde no quepo

y de la falsa melodía
que le tiñe a mis palabras.

Quisiera poder tomarla por el cuello y callarla

para no escuchar sus gritos

llenos de garabatos.

Lamer su mejilla que no conoce de llantos

y saborearla para no olvidarle...

Fue ella
claro que sí

quien hubo colmado de adoracion
las horas

y desapareció el tic tac.

Aunque dejó de ser ella

cuando perdí las horas

atenta del del tic tac.

Quisiera arrebatarle a mi musa

las ilusiones que le humedecen los ojos,

la ambición
el ego

o tal vez...
sólo pulir a mi musa,

como quien limpia las copas viejas,

-las que ya nadie usa-

Aunque confieso
 me bastaría
llenar de piedras sus pulmones

para asfixiar la mentira
 en sus pupilas sinceras.

Quisiera poder borrarle a mi musa,
 la risa burlona.

únicamente para que el sol no me perturbe tanto
 por las mañanas.

mantra.

mirar para ver
que estuvimos tan dormidos, tanto tiempo...
en este bote, que se creía sin rumbo
malheridos, sin sanar...
en la penumbra de esta maravilla que nos dejó alicia
equivocándonos de puertas
de conjuros, de sabores...
envueltos en llaves incorrectas
por haber remado en dudas...
teniéndolo todo entre manos
a plena luz del día...
entonces sentir,
sentir para ver...
y remar
remar mar adentro
con ojos abiertos
hacía tu boca infinita
y que no haga falta mirar
para saber
que estamos despiertos para sentirnos
y que debemos sentirnos para tener vida.

0707 paraleletrados

En medio de qué reloj están atrapados las palabras que no dijimos?
en qué bosque nos perdimos entre danzas y vicios?
hay un camino hacia mis cuerdas vocales
directo a la pena...
casi sería capaz de encontrarte
allí
quizás...
en un acorde del violin de lindsey
o en los golpes de aquél entonces
que vivirían en mis oídos... como aquél tambor
y tus besos, profundos, sublimes...
en el perfecto soprano de Sibyl
y si te encontrara...
la maquinaria de tu mente
estaría revolcándose grasienta entre el subconsciente de Castel
y moriría suavemente en el pecho de María
justo donde todo vuelve a renacer.

el reflejo del retrato.

Alguien susurro a su oído
que existió una noche triste
nubes grises
y arboles con frutos que pesan...

el alba del domingo se vistió de penas
y apenas yo pude lucirle ajena

ensució los colores de la cartuchera
opacó la luz del aquél viernes por la noche
y deshizo de un toque el dulce recuerdo
de aquel muelle frente al mar...

llevó consigo lo que podía
si es que algo quedaba...

y cuando se esfumó la vil sombra del hastío
en una esquina del cielo pude ver
que no había ninguna otra amarga silueta saliendo por la puerta
excepto la mía...

Aquí terminas

Si ya no te quiero más...

lo justo es que me odies,

que odies a mi gato

lo justo para mi:

es seguir amando a tu gato

colarme entre el espacio que hay 

entre su cuerpo felpudo 

la cama y el tuyo...

aparecer en su maullo de madrugada

porque ya nadie abre la puerta.

hacerme ausencia en la alarma de las seis am

faltarte tanto... 

como el polvo del piso sobra en medio de esas cuatro paredes

pero faltarte aún mas cuando por la mañana

mucho antes de abrir los ojos...

te des cuenta de que ese aire que respiras

no es mi perfume

es tu vacío que entra y sale...