Y yo que creí que seria eterna en tu memoria
Y tu memoria que se apaga en los brazos de la muerte
Y habían montañas en todos mis sueños pero ni una sola en mis realidades
Que quedé atrapada en una jaula sin rejas y mis alas que cabian de a plumas en las rendijas de tu voz...
Hoy lloran solas
despojadas.
Que mi alegría quema el mismo día que mi tristeza quema mi alegría
Y me chorrean tus cristales de palabras por mi pelo negro que no has visto.
Déjame irme a un palacio verde donde los gritos del viento me desenreden los nudos. Guíame hacía la tierra donde plante mi café y muela mi maíz.
Guíame hacía mi palabra, mi propia alquimia... Un sueño
nuevo
un águila
Una tierra sin memoria ciega
Sin sangre...
Lejos de tu tumba
Lejos de mi lápida