domingo, 8 de abril de 2018

Venderle el alma al diablo.

Qué hacer con estos huesos
de tu nombre
que se me adhiere a las venas
y cada que mi corazón late
bombea cual granada
mis rincones.
Llena de una pasividad forzosa,
me resisto
al -microataque-
ha de ser el viento
el fuero interno de mis leucocitos
o algún glóbulo
saboteándome la sangre,
haciendo que me desangre de suspiros
por breves segundos.
Ha de ser que es lunes o domingo
o ha de ser que se me olvida
hasta los días-
tratando de perderme en el flujo del tiempo
en mi presente...
sin que me destroce el hecho
de nunca (a)firmar contigo
un nunca más o un para siempre.


Tembló