no sé si admitir
que aun te busco en la plaza
al ocaso
que escucho el ruido del asfalto
y tiemblo...
como si estuvieras.
y te invento a mi izquierda,
como antes...
como antes...
y por muy hermoso que sea este azul,
aquella estrella que señalan mis pupilas, brilla sola
y el cinturón fallece cada noche
porque el norte ya no existe...
y puede que sea tarde ya.
y puede que sea tarde ya.
para sentirte rodar sobre mis hojas...
y mis pieles.
te deslizaste
y caíste
muy hondo
en un pozo sin fondo
y está oscuro
muy oscuro dentro
y fuera
donde yace tu luna
la misma luna mía...