miércoles, 18 de marzo de 2015

ouroboros.

no sé si admitir
que aun te busco en la plaza
al ocaso
que escucho el ruido del asfalto
y tiemblo...
como si estuvieras.
y te invento a mi izquierda,
 como antes...
y por muy hermoso que sea este azul,
aquella estrella que señalan mis pupilas, brilla sola 
y el cinturón fallece cada noche
porque el norte ya no existe...
 y puede que sea tarde ya.
 para sentirte rodar sobre mis hojas...
y mis pieles.
te deslizaste
y caíste
muy hondo
en un pozo sin fondo
y está oscuro
muy oscuro dentro 
y fuera
donde yace tu luna
la misma luna mía...

después del tono.

que placer culposo que se siente
al caminar por los rieles
perdida en medio de cuentos de gatos y la palabra soledad.

es como si habitaras
todos los trenes,
las escaleras,
y estas silentes ganas de vomitar.

esperaré por ti hasta las seis en el lugar de siempre
(la esquina verde cuadrada)
aunque sea consiente
de que ya no vendrás
ni aquí
ni tu voz a esta cabina telefónica.

Tembló