me han quitado las ganas
enfrían la comida
rompen las vasijas
y desordenan las sabanas
Los he visto columpiarse al fondo de mis sueños
me enferman los días,
no sé si el remedio sea dejarte pasar
dejarlos pasar
o echarlos fuera.
Poner sal en mis rincones
o en la comisura de mis labios
prenderles una vela...
quizás dejar
que se marchiten
No dejes
no permitas
que me perturbe, que te perturben
que también se apoderen de tus sabanas,
de tu sala.
Regalame tu sal
pero no te acostumbres...
¿los estás dejando apoderarse de mi cama?
No hay espacio aquí para ellos
no hay columpios que sirvan en mi jardín
en el tuyo se oxidaron
no existe un lugar aquí,
echálos fuera.
déjate ser
déjate fluir,
déjalos salir
no dejes que marchiten
los jardines.
Alimentame la tierra con pies firmes y soñadores.
pero no los dejes pasary sobre todo
no te acerques a ese abismo
ni te acostumbres a llevarlos contigo
o tendré que irme con ellos.